10 Consejos sobre el cepillado de dientes que no debes olvidar

Cepillar los dientes de una forma adecuada y acudir a revisiones periódicas al especialista nos ayudará a prevenir complicaciones bucodentales que pueden ir surgiendo a lo largo de la vida. Las bacterias se van depositando sobre los dientes y van multiplicándose a medida que pasan las horas. Es necesario llevar una rutina de higiene oral adecuada para evitar que esas bacterias deriven en grupos bacterianos más agresivos y produzcan patología en el diente (caries) o en la encía (gingivitis y periodontitis).

Estos son nuestros 10 consejos sobre el correcto cepillado de los dientes:

    • Cepillar los dientes 3 veces al día. Cepillando los dientes cada 8 horas, independientemente de que hayamos comido o no, eliminaremos las bacterias que se depositan en las superficies dentales, interdentales y lengua. A pesar de llevar una higiene exhaustiva, siempre hay zonas en las que el paciente tiene un difícil acceso. En las revisiones periódicas al especialista eliminaremos esas bacterias y te daremos consejos para que puedas acceder de la manera más eficiente posible.
    • Usar un cepillo apropiado. No todos los cepillos son iguales, la principal diferencia la encontramos entre los cepillos eléctricos y los manuales. Además, dentro de estos dos grandes grupos, existen una gran cantidad de marcas y diseños. En lo que se refiere a cepillos manuales, recomendamos cepillos con cabezal pequeño que nos permita acceder a cada rincón de la boca. En los cepillos eléctricos el cabezal debe de ser preferiblemente redondo y utilizar una tecnología oscilorotacional. Tu higienista te indicará cuál es el que deberías utilizar en función de las características de tu boca.
    • La dureza de los filamentos sí importa. No es recomendable utilizar cepillos con filamentos duros. Lo ideal es usar medios o suaves. En algunos casos, el paciente debe usar únicamente cepillos suaves. El periodoncista te indicará si te encuentras en ese grupo de pacientes y por qué.

    • La técnica de cepillado es la clave. Muchos pacientes cepillan sus dientes varias veces al día y aún así no consiguen eliminar correctamente la placa bacteriana. Es recomendable seguir un orden a la hora de cepillar los dientes, es decir, comenzar por la última muela en la arcada que hayamos decidido iniciar la limpieza e ir diente a diente hasta llegar al lado contrario. A continuación, iríamos por la parte de dentro hasta el punto de partida. Después, haríamos lo mismo en la otra arcada. Si estamos utilizando un cepillo manual, tenemos que angularlo 45 grados en dirección a la encía, realizar una ligera vibración tocando la encía sin miedo y arrastras la placa con un movimiento de barrido hacia el lado contrario de la encía. Las caras de los dientes por donde se mastica, las podemos cepillar con movimientos oscilantes. Si nuestro cepillo es eléctrico de cabezal redondo, apoyaremos bien el cabezal en toda la superficie del diente que estemos limpiando asegurándonos de tocar bien el margen que une al diente con la encía. En este caso, no se debe mover el cepillo, pero sí posicionarlo para abarcar toda la cara del diente que estamos limpiando. Por esto, como los dientes tienen una anatomía curva, recomendamos limpiar cada cara del diente en tres partes. Primero más orientado hacia atrás del diente, luego en el centro y, por último, más hacia delante. En las superficies de masticación apoyaríamos el cepillo y lo dejaríamos limpiar unos segundos. Es conveniente acudir al especialista para que te de indicaciones más precisas de cómo has de limpiar tu boca. Las instrucciones de higiene oral son individualizadas.
    • No olvidarnos de cepillar la lengua. Debido a su topografía sumamente irregular, la lengua va acumulando placa bacteriana. Es importante cepillarla con el cepillo manual o eléctrico (apagado) desde lo más atrás que podamos, sin que nos de angustia, realizando un movimiento de barrido hacia fuera. También podemos utilizar un limpiador lingual, que es un instrumento más específico para esta zona, usándolo del mismo modo, arrastrando de dentro a fuera.
    • Utilizar pasta de dientes. A pesar de que la placa bacteriana se elimina con la acción mecánica de barrido del cepillo, usando pasta dentífrica nos aseguramos de dar a nuestros dientes el aporte diario de flúor que necesitan para prevenir enfermedades bucales como la caries.
    • El uso de colutorios no sustituye al cepillado. Los enjuagues pueden utilizarse como complemento a la higiene oral diaria en los pacientes en los que esté indicado, pero siempre supondrán un extra, nunca un sustitutivo del cepillado dental.
    • Recordar limpiar los espacios entre dientes. Entre los dientes hay espacios que se han de limpiar, en función del paciente estos espacios tienen un tamaño u otro. Para ello es necesario hacer uso de los cepillos interdentales. Se debe elegir un diámetro de cepillo que se ajuste a nuestros espacios, puede que un mismo paciente necesite distintos cepillos para toda su boca. El interdental ha de cruzar entre los dientes, de un lado a otro, y se deben realizar movimientos de dentro a fuera y frotando hacia los lados para limpiar bien las caras interproximales de los dientes. Si tienes dudas, tu higienista te indicará cuáles son los que debes de usar para cada zona de la boca y cómo se utilizan. No es necesario usar pasta dentífrica con los cepillos interdentales.
    • Utilizar hilo dental. El uso de la seda dental es preciso para limpiar el punto de contacto de los dientes. Se ha de pasar entre dientes y frotar a ambos lados con movimientos de arriba abajo. Existen varios tipos: seda o cinta, con o sin cera, con aplicador… cada paciente puede utilizar la que le resulte más cómoda.
    • No descuidar el cepillado en períodos vacacionales y estar motivado. Todos nos relajamos un poco en vacaciones, pero es importante seguir con la rutina de higiene oral incluso en vacaciones y no bajar la guardia. También hay algunos momentos en los que la pereza se apodera de nosotros, pero la clave del éxito está en la constancia. En tu visita a la consulta te daremos el empujón motivacional que necesitas para seguir haciendo un buen trabajo. ¡Tú puedes!

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