Bruxismo todo lo que debes saber

El origen del bruxismo es un desequilibrio en el sistema masticatorio. Muchos pacientes, de forma consciente o inconsciente, tienden a masticar únicamente por un lado, lo que origina una masticación unilateral y, como consecuencia, un desequilibrio del sistema.

Esto se traduce en que cuando la mandíbula está en su posición articular correcta no hay un número de contactos dentarios múltiples y uniformes, sino que suele contactar un diente de forma prematura lo que obliga al paciente a salvar ese obstáculo desplazando su mandíbula para que contacten todos los dientes.

Este movimiento que se realiza con la mandíbula para esquivar el contacto prematuro es lo que se conoce como bruxismo.

Suele darse más por la noche porque, al estar tumbados, la mandíbula va a su posición articular correcta y es más evidente el contacto a esquivar. Aunque hay que tener en cuenta que cada vez que tragamos saliva la mandíbula se reprograma y también hacemos movimientos mandibulares para salvarlo, es decir, también bruxamos.

¿Qué ocurre si masticamos solo por un lado?

  • Se desequilibra el sistema masticatorio originando interferencias (contactos prematuros).
  • Se desarrolla más la musculatura del lado de masticación originando asimetrías faciales y corporales, por ejemplo, el hombro del lado de masticación está más alto y anterorotado.
  • Se deteriora la articulación.

¿Son adecuadas las férulas de descarga para tratarlo?

En la gran mayoría de los casos no. Las férulas de descarga, si están bien ajustadas, sirven para paliar el desequilibrio pero no lo solventan.

Además, su uso es nocturno y durante el día también se bruxa.

¿Qué tratamiento sería el adecuado?

Lo correcto es equilibrar la boca con un procedimiento mínimamente invasivo, y conseguir que el paciente pueda recuperar una masticación alternante y bilateral. Para ello habría que realizar un buen diagnóstico previo y analizar también hábitos y posturas del paciente.

¿Qué consecuencias podrían sufrir mis dientes si no me trato?

  • Los dientes sufrirían desgastes cada vez más pronunciados.
  • El plano de la boca se iría torciendo hacia un lado.
  • Podrían aparecer cuñas en los dientes, que son desgastes a la altura del cuello del diente que, con el tiempo, podrían causar su decapitación.
  • En función del tipo de fuerzas que recibieran los dientes y en qué ángulo, los dientes se irían desplazando de su posición original a posiciones cada vez más desfavorables.
  • Sensibilidad dental.

Por todo esto, vale la pena diagnosticar la patología y tratarla. De este modo, podremos alargar el estado de salud tanto de nuestros dientes como de nuestro aparato masticatorio. Además, de cara a realizar otro tipo de tratamientos como obturaciones, implantes o prótesis, es un aspecto importante a considerar.

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